Blues de la Soledad
Soledad. Hoy desperté a las diez y no se oía nada en el hotel. Apenas un ruido lejano de algún auto acelerando en la calle, casi imperceptible. El cuarto estaba desordenado y yo estaba solo. Hace días que estoy solo, al punto de sólo intercambiar palabras con los empleados que me cobran ciertos productos y servicios. Buenas. Cuánto es. Gracias. Hasta luego. O con algún policía para preguntar por tal o cual dirección. Soledad. Salgo del hotel y empieza a arremeter un fuerte viento que desnuda más a los árboles. Las hojas cayendo con fuerza estarían bien para una escena de alguna película, pero no para este momento en que me golpean la cara. Por mi lado pasa un perro escuálido. Hace días que lo veo vagar por estas calles. Me mira tal vez esperanzado en que le ofrezca algo de comer, pero pronto comprende que estoy tan solo y desorientado como él, y entonces sigue su camino a ninguna parte acompañado de nadie.
Si uno busca en Google la palabra soledad, encontrará como resultado quince millones seiscientos mil enlaces. El primero de ellos conduce a una web sobre Soledad Pastorutti. La Sole. Pero en este caso la Soledad no es un estado de aislamiento indeseado sino una muchachita con una voz potente y que en Internet se luce de espaldas con la camiseta número diez de Argentina. Además, Sole significa sol en italiano, y esta Soledad, me imagino, difícilmente se encuentre sola. Según el diccionario de la Real Academia Española, soledad puede ser la carencia voluntaria o involuntaria de compañía, un lugar desierto, o tierra no habitada, el pesar y la melancolía que se sienten por la ausencia, muerte o pérdida de alguien o de algo, o una tonada andaluza de carácter melancólico, en compás de tres por ocho. Al Pelado Cordera por las noches la soledad le desespera, y Sabina, ese español tan querido por solitarios y no tan solitarios bonaerenses, tiene una amante inoportuna que se llama soledad. La revista Viva, del diario Clarín, da cuenta de las soledades que agobian a las argentinas mayores de treinta, y en España, el treinta y cinco por ciento de la población entre veinticinco y cuarenta años vive sola. En Lima, el rockero Daniel F se queja de que el hombre del otro día está solo y está lejos de alguna historia de amor, y en Buenos Aires Alejando Dolina escribe cuentos donde se alquilan amigos entrañables para los solitarios que precisen de un abrazo. Una noche de Julio de 1998, Soledad Rosas murió en una cárcel de Italia y su muerte todavía es un misterio. Dicen que estaba sola.
Una forma eficaz de sentirse solo (y además de solo, pelotudo o por lo menos despistado) es salir a caminar por el centro de Buenos Aires un domingo por la mañana. La ciudad parece un pueblo fantasma, que apenas deja ver a algunos de sus habitantes más veteranos, ancianos que sacan a pasear al perro o gente tirada en el suelo, intentando protegerse del frío, a la que la soledad la encontró sin un lugar adonde ir. Cuando me siento solo, caigo en la cuenta de que soy uno más que no tiene adonde ir. Entonces salgo a caminar por las calles de Buenos Aires, sin poder evitar sentirme un poquito Charly García en su etapa más adolescente, y acaso más solitaria: Lejos, lejos de casa, yo tampoco tengo a nadie que me acompañe a ver la mañana.
Si uno busca en Google la palabra soledad, encontrará como resultado quince millones seiscientos mil enlaces. El primero de ellos conduce a una web sobre Soledad Pastorutti. La Sole. Pero en este caso la Soledad no es un estado de aislamiento indeseado sino una muchachita con una voz potente y que en Internet se luce de espaldas con la camiseta número diez de Argentina. Además, Sole significa sol en italiano, y esta Soledad, me imagino, difícilmente se encuentre sola. Según el diccionario de la Real Academia Española, soledad puede ser la carencia voluntaria o involuntaria de compañía, un lugar desierto, o tierra no habitada, el pesar y la melancolía que se sienten por la ausencia, muerte o pérdida de alguien o de algo, o una tonada andaluza de carácter melancólico, en compás de tres por ocho. Al Pelado Cordera por las noches la soledad le desespera, y Sabina, ese español tan querido por solitarios y no tan solitarios bonaerenses, tiene una amante inoportuna que se llama soledad. La revista Viva, del diario Clarín, da cuenta de las soledades que agobian a las argentinas mayores de treinta, y en España, el treinta y cinco por ciento de la población entre veinticinco y cuarenta años vive sola. En Lima, el rockero Daniel F se queja de que el hombre del otro día está solo y está lejos de alguna historia de amor, y en Buenos Aires Alejando Dolina escribe cuentos donde se alquilan amigos entrañables para los solitarios que precisen de un abrazo. Una noche de Julio de 1998, Soledad Rosas murió en una cárcel de Italia y su muerte todavía es un misterio. Dicen que estaba sola.
Una forma eficaz de sentirse solo (y además de solo, pelotudo o por lo menos despistado) es salir a caminar por el centro de Buenos Aires un domingo por la mañana. La ciudad parece un pueblo fantasma, que apenas deja ver a algunos de sus habitantes más veteranos, ancianos que sacan a pasear al perro o gente tirada en el suelo, intentando protegerse del frío, a la que la soledad la encontró sin un lugar adonde ir. Cuando me siento solo, caigo en la cuenta de que soy uno más que no tiene adonde ir. Entonces salgo a caminar por las calles de Buenos Aires, sin poder evitar sentirme un poquito Charly García en su etapa más adolescente, y acaso más solitaria: Lejos, lejos de casa, yo tampoco tengo a nadie que me acompañe a ver la mañana.
1 Comments:
QUE LINDO LO QUE ESCRIBISTE ES IGUAL COMO ME SIENTO YO SOLA SIN NADIE EN QUIEN PUEDA CONFIAR, HABLAR PASEARO DORMIR APOLLADA A SU PECHO ME ENCANTARIA VOLVER EL TIEMPO ATRAS Y REVIVIR ESOS MOMENTOS Y NO EQUIVOCARME TANTO ES EL HOMBRE DE MI VIDA OJALA LO SEPA Y EL UNICO QUE TOCO MI CORAZON Y SE ISTALO AHI LO EXTRAÑO TANTO Y LO AMO CADA DIA UN POCO MAS ES TAN DIFICIL DECIR ADIOS POR ESO YO NO LO HAGO MI VIDA AUNQUE EL NUNCA VUELVA Y NUNCA ME HABLE SIEMPRE VA A ESTAR EN EL SIN MOLESTARLO SOLO PIDIENDO A DIOS QUE SEA FELIZ Y QUE SE ENCUENTRE BIEN; ES TAN DIFICIL PERO BUENO OJALA VOLVIERA Y CAMBIARAN LAS COSAS PERO QUEDA EN EL PERO EN MI CORAZON QUEDO GRAVADO A FUEGO TODO LO VIVIDO CON EL SUS CARICIA BESOS Y CUANDO HACIAMOS EL AMOR ME LLEBABA A TOCAR EL CIELO CON MIS MANOS LO AMO MUCHO OJALA UN DIA SE DE CUENTA QUE YO SIGO ESPERANDO POR EL .... GRACIAS SALUDOS ATENTAMENTE KARINA.
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